lunes, 3 de marzo de 2014
Tal vez lo sabes porque ya no extrañas a la persona, extrañas los recuerdos, extrañas la forma en la que solía mirarte, extrañas tus sonrisas al despertar porque era lo primero en que pensabas, tal vez simplemente extrañas cuánto amabas a esa persona, extrañas lo bien que te sentías cuando estabas a su lado, extrañas el hecho de que te hacía sentir capaz de lo que fuera, las risas, las lágrimas, cómo se te aceleraba el corazón al escuchar su nombre, y las famosas maripositas en el estomago. Extrañas todo eso, pero no extrañas a la persona. Entonces ahí, sabes que se terminó.
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